miércoles, 16 de mayo de 2007

El banjo de Shackleton




Hoy voy a contar una historia vagamente relacionada con la música, espero que os interese. Como es larga igual la parto en dos para no aburrir...

Año 1.914. El polo norte y el sur habían sido alcanzados por los humanos. ¿Acababa ahí la aventura? No, realmente acababa de comenzar... En este año, se pudo leer un curioso anuncio en un periódico inglés: "Se buscan hombres para un viaje peligroso. Sueldo bajo. Mucho frío. No se asegura retorno con vida. Honor y reconocimiento en caso de éxito". El anuncio había sido puesto por un tal Shackleton, que pretendía realizar la primera travesía de la Antártida pasando por el polo sur. Una auténtica odisea.




Finalmente, el Endurance, parte de Inglaterra el 8 de agosto con rumbo sur. Tras un largo viaje y una escala en las Georgias del Sur, parten hacia el mar de Weddel, para lo cual deben internarse en la banquisa (zona llena de bloques de hielo flotante). El 19 de enero de 1915 el barco queda atrapado entre grandes bloques de hielo. En un principio no se preocupan excesivamente, pero una vez llegado el momento del deshielo, el barco, empujado por grandes bloques de hielo comienza a escorarse hasta que se hace inevitable su destrozo y posterior hundimiento. El 27 de Octubre, después de vivir 10 meses en el barco atrapado, Shackleton ordena abandonar el barco que hasta entonces les había cobijado y decide instalar un campamento que bautizaría Ocean Camp. Los 28 hombres de la expedición están ahora en la mayor soledad, distantes una eternidad de la más remota posibilidad de ser rescatados. Nadie se atrevería a cruzar semejante inmensidad de hielo para ir al encuentro de aquellos osados. Y no olvidemos que su país se hallaba en medio de la I Guerra Mundial.

Así pues las cosas, Shackleton se dio cuenta de que, si querían sobrevivir tendrían que salvarse a sí mismos y se puso a la labor. Pensó en ir al norte caminando y en los botes salvavidas, hacia aguas abiertas, con la esperanza de cruzarse con algún ballenero que los recogiera en alguna de las islas de la zona. La marcha hacia el norte iba a ser penosa, agotadora y lenta. Los hombres del contingente de exploradores, para sobrevivir, tuvieron que seleccionar cuidadosamente lo que iban a cargar. Shackleton ordenó entonces preparar los tres botes de salvamento del Endurance y recoger únicamente alimentos, abrigos, aceite, combustible. "Cada hombre podía llevar, además de la ropa que tuviese puesta, dos pares de mitones, seis pares de medias, dos de botas, una bolsa para dormir, una libra de tabaco y dos libras de efectos personales". Objetos suntuosos y hasta las fotos familiares, debían ser abandonados. Y como buen jefe que era, se dispuso a dar ejemplo a sus hombres. Shackleton tomó del bolsillo de su parca un puñado de libras esterlinas y su cigarrera de oro y las tiró sobre la nieve. Por último, tomó la Biblia que le había obsequiado la Reina Madre Alexandra y la depositó en el suelo luego de arrancarle las páginas con la dedicatoria, el Salmo 23 y del Libro de Job la página con el verso: "¿De la matriz de quién nació el cielo?/ Las aguas se endurecen a manera de piedra,/ ¿Y la blanca escarcha del Cielo, quién la ha engendrado?/ Y la faz del piélago está congelada". Sin embargo, llegado éste momento, y, a pesar del peso extra que suponía, le pidió al meteorólogo Leonard Hussey que llevase su banjo. Su explicación era muy simple: "la música es el alimento del alma", dijo.

Si quieres saber cómo acaba la historia de Shackelton y sus 28 subordinados mira este enlace.

2 comentarios:

Ser dijo...

Muy guapa la historia de verdad.

Anónimo dijo...

Gracies. Esperemos pasalo bien. Un saludu y suerte col blog!!!